El fin de los arcades también llega a Japón

Contrario a la creencia occidental popular, los arcades (máquinas tragamonedas de videojuegos) ya no gozan de la popularidad que antes tenían en la tierra del sol naciente. Esto, aunado al nuevo impuesto sobre esta forma de entretenimiento, que el gobierno japonés ha decretado, augura el acelerado fin de los arcades en dicho país; el último en el que este tradicional tipo de entretenimiento electrónico aún seguía con vida.

El impuesto sobre el consumo de 2019 en Japón, que aumenta del 8% al 10%, no se aplicará a los alimentos y bebidas que se sirven en los restaurantes... no, se aplica a los juegos de arcade, ni más ni menos.

Durante décadas, los arcades (maquinitas, tragamonedas) en Japón se han caracterizado por ser una experiencia de una sola moneda, ya sea la moneda de 50 yenes o la de 100 yenes.

Debido a que está tan arraigado en los juegos de arcade japoneses, a los propietarios de las salas de videojuegos les cuesta mucho pedirles a los jugadores que paguen con más de una moneda por juego.

Para los propietarios de salas de arcades japonesas, es inconcebible aumentar el precio de los juegos de 100 yenes a 110, por lo que la única opción viable para estos establecimientos es absorver totalmente el aumento de los impuestos. Eso recorta las ganancias que de por sí se han venido reduciendo en los últimos años.

La industria arcade de Japón ha estado enfrentando desafíos duros. Para poner las cosas en perspectiva, en 2006 había 24.000 salas de juegos arcade en Japón. Para 2016, sin embargo, ese número se había disminuido a 14,000, casi la mitad.

Sin embargo, el número de salas de juegos que aceptan dinero digital ha aumentado, lo que podría ayudar a aliviar la carga fiscal. Sin embargo, las salas de arcade pequeñas e independientes pueden no tener el capital para invertir en lectores de dinero digital.

Muchas salas de arcade pequeñas se han visto en la dolorosa necesidad de cerrar. Todo indica que la vida de los arcades en Japón tiene los días contados.